viernes, 27 de noviembre de 2009

Islas

Tus ojos como tarántulas
con ese trepar y envolver
manos que bordean
en ese abrazo
que cada vez es mas atrapar
unos ojos que besan
y muerden
quisiera perseguirte siempre
pero

Dentro

Nadie revisa en dónde, para cuando
el jardín no pide eso
el jardín es un total
camaleón.

Se aplastan
una a la otra
en el jardín cieloinfierno
queman los raspones pero
cada tallo que el jardín da, refresca y derrite
atravezás esos pastos sentada en una silla de madera
cada árbol es distinto
¿podrían oírme
ellos desde afuera?
no es crimen correr en jardines, sin esconder sus colores

si se va a quedar conmigo
si vamos a compartir esta piel
mi piel
es que el Jardín también está solo
y yo quiero estar azul
a su lado.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Ella filosa

Es un misterio ¿Cómo poder descifrarlo,
si yo misma soy? Tan poco idéntica a mí misma.
Me sumerjo en ese abrazo escapando del tiempo que hoy duerme.
Dejé un fragmento inconcluso de mí descansando sobre la mesa
Tacho las hojas de mi cuaderno y me hundo.
Las palabras se tiñen de gris sepia, cambian de sintonía y
ya no son mías.



Me desenvuelvo. Muestro la que soy yo
Dejo que veas a través de mi piel.
Mis cenizas no dicen nada, si no querés escuchar
Sólo algo sin forma.
Yo resucito para no vivir.
Ya pasaron los días y la multitud está ansiosa.



Espejo de nuevo, ahora más filoso:
el sobresalto de ver su propia sombra.
Que se hace doble. Se hace dos. La que debió y la que fue.
Entre esa herida y el papel púrpura que la envuelve
La niña absoluta, la mujer hermosa, la muerte perfecta.
No dejó nunca de ser esa que él rasguñaba a la distancia.



Cuando todos duermen, ella por una vez, despierta
y encuentra el silencio, inmersa en el completo vacío.
Para terminar lo que nunca quiso tener

El camino sangra

Hoy hay lugar para quedarse
acurrucado para el fuego
el quebrado lugar que no buscás
está acá
el sangra-letras da vuelta la página
lo escucho comiéndose al mundo
y vos escurriéndote en el fondo de un camino
del doble camino
que sangra
comprimiendo el silencio y sus ramas
las palabras se atraviesan, vibran
subí para decirme como voy a bajar
es sólo el principio, y la multitud ya grita
todos saben lo que me está consumiendo
por dentro y fuera
ellos saben vivir de un camino en frasco
de la fruta plástica
este es un lugar peligroso
mejor no entrar que salir
pero prefiero inundarme
caerme de la gente y de la ciudad
taparme con la sábana y alejarme
hasta aplastarlo todo

viernes, 20 de noviembre de 2009

Un diario

Él se levanta jueves en la mañana y agarra su diario de la mesa. Sale, camina y en el colectivo lo escribe y así es más diario. Se le resbala y queda en el asiento. Una chica lo encuentra y se vuelve un cuento. En la tercera página se aburre, saca un marcador rojo y lo dibuja. Después lo deja, ¿para qué llevarlo a casa? El chofer llega a la terminal Hurlingham y busca cigarrillos pero no tiene. Se fija si queda alguien en el coche y patea un libro que algún infeliz le dejo ensuciándole la máquina. El libro cae cerca de un linyera que tirita de frío. Él lo mira de reojo y de a poco se da vuelta y va a buscarlo. Enfrente de él un fueguito triste, minúsculo, da algo de luz. El papel del diario quema fácil porque es de buena calidad, grueso. El cartón de la tapa resiste un poco más, pero al final arde también. Salpican rojo y naranja, se retuercen la hojas y el linyera es más feliz, por el calor y porque el fuego divierte. De chiquito, quería ser chef de parrilla.
La madrugada es pálida y fría. Nunca hay gente en la terminal. Un montón de cenizas vuelan con el viento del día y se pierden.

domingo, 18 de octubre de 2009

Esperábamos en el jardín que

Esperábamos en el jardín que el otro apareciera. El piso tenía ciruelas que caían de los árboles. Yo agarré una y comí.
“Que parezca un accidente”-pensó ella. ¿Cuáles y cuántos podrán ser?

Dos chicas en la playa.

Dos chicas en la playa. Es una playa de invierno, de cielo blanco. Acostarse en la arena, escuchar chocar el agua.
Nadie las calla pero de repente no hace falta hablar.
Como para nadar a veces no hace falta respirar, y también cuando giro en el fondo, intentando no subir.
No volvamos nunca a la orilla.

domingo, 23 de agosto de 2009

Análisis baratos

Ella sonríe, mastica una bola de masa de aspecto putrefacto.
“Inteligente –dice- es una táctica comercial”.
El momento me lleva a una clase -¿de química tal vez?- rememorando el tema musical de una lavandina de poco renombre.
“Yo –pienso- nunca quise saber esto”.

La Cosa

Tengo una doble sombra. Me corre La Cosa.
La veo de reojo, desde abajo de las sábanas.
A veces la pierdo, pero pronto siento un tirón en mi vestido y el ella: sigo perseguida.
Pero no siempre fue así. Antes yo era sola.
La Cosa no se parece a nada, no muere,
no respira, ella escupe.
No quiero mirarla. No me gustan sus ojos, sus casi no labios, su cuello no me gusta nada.
Muy a mi pesar tengo que admitir que es hermosa. Pero es una hermosura que da asco, que vomita.
Tampoco tengo una razón para culpar a Cosa. Y a la vez, ella es un alfiler en la nuca.
La siento respirar y me enferma, mi sangre se cambia, una nueva sangre la come y me lleno de furia de odio, de ganas de comerme a Cosa, descuartizarla.
Cosa sonría sentada en mi silla, de piernas cruzadas.
Yo sé que ella sabe.

sábado, 25 de julio de 2009

Letras y algún murmullo

Perseguimos la sombra al otro lado
¿Sombra de quién?
No podemos caernos para ningún lado de la cornisa. Siempre los sí, no, quiero, mejor después.. y ésa música que te gusta tanto.. son sólo ruidos. Levantate de la cama y hacé lo que querés.
Ahora, yo quiero irme a vivir, con tres gatos, o gatas para hacerlo todo aún más bizarro, y tomar café negro y tés jipones con drugas de departemento.
Y llegas a viejas, a bábuchcas starrias que se les cae el cerebro, pero, ¿a alguien le importa? ¿Es realmente tan difícil ser feliz? ¿Por qué nos implotamos si podemos explotar?

Mirando a través

Mirando a través del vidrio
me esperaba en la puerta,
caminando en círculos
ese alguien
que a veces canta
me llama
o sólo me muestra sus trucos
él pasa las hojas de mi cuaderno
me lle queriendo encontrarse
y sólo ve miedo y hambre
el viento que me llevó
mi mano está a tu alcance
llena de vidrios
como todo mi cuerpo

¿Todavía querés abrazarme?

viernes, 24 de julio de 2009

Otoño de sombrero.

En las calles, otoño
luz y azul
ojos cerrados. Cansada de pensar y estar
por hoy, dejo que otros sean.
En las calles no encuentro al silencio
lo busco entre piedra y piedra
y temo haberlo perdido
siento madera mojada y el crujido seco de una hamaca
arrastrándome tras el menor susurro, creo ser feliz
Quise dibujos de luz, quise pisar charcos
y mojar mis pies.
Escribo lo que me murmura el viento desde las frías calles
¡Todo es tan absurdo cuando estoy con vos!
Dormir en tu abrazo
intentar descifrar tus ojos y dibujas tus palabras.
Seas real o irreal
estés o no ahí
me alegro de haberte conocido.
Un saludo de sombrero y punto final.

Bordes de un abrazo

A veces pienso
que podría desaparecer
a veces me gustaría
pero todavía estoy
me escucho
no tan lejos
me sostengo contr vos
no sé que es lo que corre por mis venas
y me caigo ante tus ojos
sólo me imaginaste
adentro tuyo
no hay
nadie

Hueso y tela

Es sólo
una ventana
espera
está cayendo y libera tiempo
en el aire
duerme y se olvida
se entierra
o eso quiere
se durmió en el lugar que no debía
donde pareciera que alguna vez hubo algo
pero se fue
si encuentran este retazo de mí
no verán mucho más
que hueso y tela
mareando pasillos
entre gritando y callando
demasiado arriba o abajo
los cardos y pastos raspándome los pies descalzos
vos quemándome las manos
estrujada, acurrucada en las paredes cerradas
mi cuerpo me aplasta
y el frío es lo peor
un ovillo de hojas en blanco en mi mesa
esperando por ella que no
no soy
yo soy la que esperaba
viendo a través
vapor y reja

El tiempo corre

Debajo de la cama
estimada o estimado oyente
háganos el favor de mirar
debajo de la cama
no pretenda mucho más de usted
no es necesario
mejor es contar para atrás
elija las palabras más adecuadas
más usadas, repetidas y vacías
y sea el primero en llamar
hoy es una gran ocasión
podría dejarse caer otra vez
resbalar la mano
es tanto más fácil -nosotros lo recomendamos-
no olvide su medicina
desayúnese asfalto
es un negocio limpio
el de asesinarse uno mismo
el tiempo corre
no hay nada que esperar
no repare en insignificancias
¡El tiempo corre!

Apaguen las luces

Apaguen las luces
cierren las cortinas
callen las niñas
que volvió
en las calles se siente
cierren las cortinas
no contesten al teléfono
no respondan a sus gritos
que piense que le pueblo
ha sido abandonado
quemen sus dibujos, sus cartas
sus canciones y sus libros
quiebren las diagonales
para que nunca llegue
escóndanse
debajo de la alfombra
detrás del diván
sobre los tejados
róbenle la música
no se muevan
no lloren, no sientan
no hablen, no rían

Así es este mundo
¡Sean bienvenidos!

La esquina para el fumador.

Caminó la calle.
No es tan larga. Todavía puede encontrar lo que buscaba.
Y dejar caer la lluvia.
Pero sería raro, en estos tiempos de nubes que no llueven.
Se sienta en una esquina. Prende un cigarro. Saca una hoja, un lápiz y garabatea, no sé si dibuja o escribe.
Por delante, se atravieza una mujer.
Los ojos de Él le siguen los pies.
Y las manos, blancas y frías, manos desnudas. Manos que no pueden ni quieren agarrar nada. Ni siquiera uno de sus cigarros.
Él la ve doblar, piensa en la mujer y toda su hermosura podrida.
Su cigarro ya es ceniza, contra el viento intenta encender otro.
Pero la calle está igual.
Escucho algo. A lo mejor es Él, que se acuesta. No sé, ya no lo miro.
Me dejo caer contra el marco de la ventana. De alguna manera comprendo que ya no está garabateando nada.
Mi casa es tan parecida a la calle, ten esquina y cigarro, tan mujer sin mujer adentro.
La calle no es tan larga, pero no voy a caminar más.
Cualquier esquina es tan perfecta para dejarse olvidar.